Enfóquese en la manipulación de los lentes.
Este periodo es de mucha frustración, ¡especialmente si no se tiene éxito en el primer intento! Hay instrucciones detalladas que leer, nuevas técnicas para aprender y reglas que seguir. Es necesario un tono calmado y amable, así como una guía clara y concisa. Al haber establecido un clima de confianza con el paciente, puede adaptar su lenguaje y estilo según se necesite, ya que el mismo enfoque no funciona para todos. El impacto emocional en el paciente que logra manipular exitosamente sus lentes por primera vez no debe tomarse a la ligera. Su actitud es muy importante para colocarse y quitarse los lentes correctamente. Los que mantienen la calma y vuelven a intentarlo son los que por lo general logran hacerlo en menos tiempo que aquellos que visiblemente se ponen nerviosos o se frustran.4
En ocasiones las instrucciones sobre la manipulación de los lentes y su higiene son dadas por un miembro distinto del equipo de trabajo. Debemos reconocer que encomendar la tarea a otros puede afectar a la buena comunicación. Es importante que el profesional transmita tanto confianza como autoridad al referirse a su empleado, explicando al paciente la "gran experiencia que tiene este empleado".6
El área de enseñanza debe estar limpia, libre de obstáculos y contar con un lavabo y espejo. Asegúrese que los paciente no estén solos y considere tener música relajante en esta área.
Recuerde usar términos no invasivos en la sesión de enseñanza: "hoy queremos enseñarte a ponerte y a quitarte los lentes para que te vayas confiado y lo puedas hacer bien en casa". Puede convertir esta sesión en una "conversación sobre manipular los lentes", lo que implica una interacción de doble sentido y una mayor interacción de doble sentido y una mayor participación del paciente. En poco tiempo, ¡ni te acordarás de cuánto se te resistía la colocación de tus lentes!". Recuérdeles nuevamente la razón por la que decidieron usar los lentes de contacto para motivarlos a seguir adelante. Podrá haber frustación o enojo en un paciente al que le resulta dificil manipular los lentes, o en otros, poca confianza o emociones negativas al sentirse impotentes.
El hecho de haber establecido un clima de confianza permite comunicarse y ofrecer apoyo con honestidad, lo que para los pacientes supone una motivación a nivel personal. Nuevamente, las analogías funcionan bien aquí: Aprender a ponerse los lentes es como aprender a montar en bicicleta, o empezar afeitarse, cada uno aprende a su propia velocidad.
Por eso, haga sentirse cómodo al paciente desde el inicio y asegúrese de que dispongan de suficiente tiempo para la sesión de enseñanza, ¡ya que no querrá tenerlo estresado por el pago del estacionamiento! Una frase útil puede ser: "todo se ve más complicado si estamos bajo presión, pero haremos que este proceso de prueba sea lo más fácil posible", o "cálmate, recuerda que puedes con esto, de hecho, ya lo lograste, ¡ahora es cuestión de práctica!". Supervise regularmente las sesiones de enseñanza a cargo de su personal para asegurarse que se cubren todos los aspectos.
Al instruirles sobre lo último en lentes de contacto y las soluciones disponibles, usted les da la confianza que necesitan para responder a las preguntas de los pacientes y rápidamente aprenderán lo que no sabían. Predique con el ejemplo en el tema de la higiene. Prepare la escena desde el inicio para que el área donde se manipulan lentes de contacto esté pulcra, con espejos disponibles y todo lo necesario a mano. Asegúrese de lavarse y secarse sus manos frente a los pacientes, explíqueles la técnica más recomendada y el por qué es importante.